13 ಌ
- Episodio 9x21: ‘Mi otra mitad’.
[Chicago – Boda Nicole & Dean. 02 de septiembre]
Había llegado el anhelado día por parte de los dos chicos que habían tomado la decisión de dar el gran paso de casarse. En la hora de la tarde tenían todo arreglado, el lugar donde celebrarían la boda y la recepción que se daría en el mismo lugar. Cada uno se estaban arreglando en habitaciones separadas junto a las madrinas y padrinos que le acompañarían en la ceremonia. Nicole ya estaba con su vestido blanco y su peinado casi terminado, observando de reojo a sus pequeños de casi dos años que andaban revoloteando por la habitación con sus pequeños trajecitos elegantes que llamaban la atención del mundo por lo tiernos que se veían. Según la chica, ellos sabían perfectamente lo que tenían que hacer y esperaba que, aunque fuera gracioso si no resultaba, podían ver que sus pequeños habían intentado formar parte de su celebración. Apenas llegaron los invitados, sus madrinas fueron a recibirlos y dejarlos todos en sus debidos asientos previamente organizados. Había muchísima gente ya que ambos tenían mucha gente a las cuáles querían y era lo más hermoso de todo, el que se pudieran reunir todos juntos a celebrar un día tan importante, el día en que finalmente pudieran unirse para toda la vida.
Sus padres ya estaban lo bastante animosos a esa hora, algunas veces llegaba su madre a molestarla con algunos comentarios de unos invitados y por su parte, su padre se entretenía conversando con algunos invitados que no conocía, pudiendo mantener el hilo de una conversación por unos minutos antes de ir por otro grupo. Cuando llegó la hora, Nicole tomó el ramo de flores que ya tenía sobre el mesón y salió por el largo pasillo antes de llegar al salón, donde se encontraba el altar. Tenía su cabello tomado para la ceremonia y estaba listo el broche para dejarlo suelto en la fiesta.
Se afirmó del brazo de su padre para llegar sin problema y se quedó detrás de la larga fila de sus madrinas que desfilarían antes que saliera ella. Primero pasaron los dos pequeños, cada uno llevando algo importante para la ceremonia. Chris llevaba la cajita con los anillos de matrimonio y Davis sin duda estaba feliz lanzando los pétalos al pasar entre el largo pasillo que se había formado con los asientos. Al escuchar cómo la gente los veía con amor, empezaron a pasar cada una de sus madrinas acompañadas de un ramo en sus manos, primero paso Dianne, luego Avril, Lucy, Emily, Daniela hasta finalizar con su hermana Minka. Espero que cada una se pusiera desde el lado en el que estaría, uno de sus hijos se puso casi apegado a Dean, que se lucía con su traje ya que sabía que todos le mirarían y luego se puso en la entrada, esperando la música para que fuera su turno.
Aquella mañana debe haber sido la más ajetreada de su vida. Si bien siempre había estado cazando y había situaciones que llegaban a ser inexplicables, siempre estaba en conocimiento de las cosas que sucedían o lo que debía hacer, pero en este caso no. Todo era nuevo para él, ya que nunca imaginó que terminaría en ese tipo de situación, especialmente considerando el estilo de vida que llevaba hasta ese momento. Claramente la idea de casarse en una iglesia nunca estuvo en sus pensamientos, pero ahora podía notar como aquello había cambiado.
Desde que despertó que lo primero que hizo fue ducharse y comenzar a prepararse para la ceremonia. Agradecía en ese momento tener a sus hermanos a su lado, ya que, si bien Sam compartía el mismo estilo de vida, tenía más conocimiento de las cosas que debía hacer, y en especial James, que siempre había llevado una vida normal. Cuando llegó la hora se fueron a la Iglesia y se quedaron en la habitación que le correspondía a él. Como pudo se comenzó a arreglar, con algo de torpeza por todo el nerviosismo que le generaba lo que estaba a punto de suceder. No porque estuviera teniendo dudas o algo por el estilo, sino que siempre que sucedía algo a lo que no tenía control lo ponía así.
Al cabo de unos minutos apareció la encargada de la organización de la boda y le comentó que era hora de que saliera a recibir a los invitados, por lo que, junto a sus hermanos, se encaminaron hasta la entrada de la Iglesia para saludar a sus invitados, hasta que recibió la orden de que debía ponerse en su lugar. Con un poco más de tranquilidad se encaminó hasta su lugar en el altar, y al mismo tiempo Sam, James, Gabe, Zach, Jesse e Isaac tomaron posición junto a él. A medida que pasaron los segundos, el silencio comenzó a adueñarse del lugar, lo que sólo significaba que la hora se acercaba. Y así lo confirmó cuando vio a las damas de honor formadas a la entrada del pasillo.
Observó primero como sus pequeños caminaban por el pasillo, algo inestables, pero en conocimiento de lo que tenían que hacer. No pudo evitar sonreír al verlos a ambos vestidos formales y al igual que el resto de las personas, los veía con amor y como no, con una cierta gracia. Cuando llegaron a su lado, se agachó para recibirlos y ayudarlos a que se pusieran en sus lugares.
Cuando se reincorporó, las damas de honor ya estaban terminando de pasar, por lo que cuando volvió su vista al comienzo del pasillo pudo ver a Nicole junto a su padre. En aquel momento hubiera disimulado la sorpresa que le generaba verla vestida de esa forma, pero ni siquiera él se pudo dar cuenta de la cara de bobo que tenía hasta varios segundos luego. Había imaginado un par de veces cómo se vería la chica, pero nada de lo que había pasado por su mente se acercaba a lo que estaba viviendo en ese momento, y desde ese segundo, sólo se pudo concentrar en ella y como avanzaba lentamente al ritmo de la música hasta llegar a él.
El padre de ella se acercó para darle la mano de la chica, sin antes realizar un pequeño comentario que sólo generó una mueca con gracia por parte del chico. Nunca había tenido que lidiar con padres de sus conquistas, por lo que aquella ‘amenaza’ de cuidarla le generaba gracia, aunque en el fondo se lo tomaba con la seriedad que correspondía. Recibió la mano de la chica y la ayudó a ponerse frente a él, sin poder quitar su vista de ella. – Wow… -sólo pudo comentar mientras la observaba de cerca-
Cuando subió el pequeño escalón, se aseguró de no pisar el largo vestido blanco que traía y con la ayuda de ambos, tanto de su padre como el de Dean pudo llegar hasta el altar, sonriendo un poco boba por lo difícil que había sido llegar a ese lugar.
Miró su vestido, asegurándose que todo estuviera en su lugar y una sonrisa se dibujó al escucharlo, con media sonrisa lo miró levantando una de sus cejas por lo bien que se veía. Le guiño un ojo y bajó su mirada a los otros dos pequeños de su vida que estaban de lo más cómodos entre cada lado del chico, casi apoyado en sus piernas al sentirse intimidados por la gente que los miraba.
Miró hacia el oficial que habían contratado para dirigir la boda y le hizo un gesto de que todo estaba en orden como para comenzar la ceremonia. La chica se había preocupado de hacer todos los papeles de la nulidad anterior, tema que no había hablado con el chico por ser un tema que era bastante tedioso, pero había conseguido luego de varios trámites y llamadas al juzgado para quedar completamente soltera, esto permitió que pudiera casarse otra vez de blanco y que fuera su primer matrimonio legal. Algo que realmente quería desde hace un buen tiempo y que finalmente tenía frente a sus ojos.
El oficial interrumpió sus pensamientos comenzando con la ceremonia, habían escogido algo lo bastante resumido para que no fuese aburrido, así que la charla tardó el tiempo suficiente como para sonreírle al chico, escuchar las cosas más importantes que tenían que tomar en cuenta durante el matrimonio y como no, acerca de los hijos que ya tenían juntos. Acabo con un par de lecturas y dio aviso a la confirmación del matrimonio.
Juntaron su mano derecha y con una sonrisa que no se quitó en todo el momento, lo miraba fijo cuando el oficial le avisó que era su turno.
- Es increíble como la vida te permite las segundas oportunidades y agradezco que hayas vuelto a la mía porque jamás me hubiese dado cuenta lo que era la verdadera felicidad, lo que es despertar con la persona que uno ama a su lado y sentir la suerte de tenerte en mi vida cada día. A pesar de todo lo que he tenido que vivir para encontrarte, lo repetiría una y otra vez para que pudieras aparecer, dar vuelta mi mundo y hacerme feliz, hacernos feliz. Siempre estaré agradecida por hacernos parte de ti, especialmente con Chris y Davis. El día más feliz de mi vida fue cuando te dijeron papá, por cuenta propia – Le decía con sus ojos brillosos. No había nada mejor que saber que la decisión que estaba tomando era la única segura que tenía segura en su vida. Dio unos segundos en silencio y finalmente siguió con la ceremonia como estaba estipulada, lo otro había ido por decisión suya. - Yo, Nicole Anna Roberts, te quiero a ti Dean Deknight, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Se agachó lo suficiente para cuando fue nuevamente su turno, recibiendo por parte de su pequeño hijo el anillo que le habían dicho segundos antes. Le dio un beso en su cabecita y volvió a mirar al chico.
- Dean, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti — Acercó su mano un poco temblorosa en el dedo anular del chico y con cuidado lo iba poniendo hasta dejarlo bien ajustado a su dedo. Se alejó con una sonrisa suave y apenas pudiendo contener la voz de lo emocionada que estaba.
Luego de haber recibido el guiño por parte de su futura esposa, el oficial comenzó la ceremonia, por lo que ambos le dieron la espalda al resto y sólo se enfocaron en lo que el oficial les mencionaba. A medida que iba hablando, no podía evitar recordar todos los momentos que había compartido con ella cuando eran sólo dos adolescentes en la secundaria. Ella siendo capitana de las porristas, popular y mil cosas más, mientras él, por su parte, sólo era un chico que intentaba terminar sus estudios por el tiempo que su padre les estaba dando mientras él terminaba un caso. Nunca lo había admitido, pero siempre había tenido a Nicole en sus pensamientos y en alguna que otra ocasión pensaba cómo hubiesen sido las cosas si él hubiera sido normal, algo que en esos momentos era mucho mejor de lo que había imaginado alguna vez.
Se limitó de sus pensamientos cuando recibió el pase que indicaba que era turno de ambos, por lo que sólo se enfocó en hacerlo lo mejor posible. Partió la chica, y se sorprendió cuando comenzó a dedicarle aquellas palabras, ya que no habían hablado de escribir sus propios votos, pero una parte de él sabía que era algo que haría y agradecía estar preparado también. Se mantuvo en silencio mientras ella hablaba y sonrió con ternura al ver cómo se había emocionado, por lo que alzó una de sus manos para acariciar su mejilla unos segundos, como método de respuesta en aquel momento, ya que no tenía permitido interrumpir. Continuó escuchando y sonrió ampliamente cuando mencionó a los pequeños y aquel momento en que ellos le habían dicho papá por primera vez; sin duda había sido uno de los mejores momentos para ambos. Bajó su mirada cuando ella lo hizo y puso su mano en la espalda del pequeño para que se acercara sin temor a entregar el anillo, ya que la situación los tenía bastante tímidos.
Se quedó quieto mientras ponía la alianza en su dedo y le dedicó una sonrisa cuando lo hizo. Volvió la vista al oficial, quien ahora le daba el turno a él para realizar lo mismo.
-Si hay algo que he aprendido todos estos años en lo que hago, es que todo es posible. Tú conoces algunas cosas por las que he tenido que pasar, y si bien en varios momentos han sido situaciones en las cuales he pensado que no había nada más para mí, hoy me he dado cuenta de que no es así. Agradezco que nos hayamos vuelto a encontrar, pero más que nada agradezco que hayas sido la única persona que siempre aceptó todo de mí. Y que creyó en mí cuando todo le indicaba que no debía hacerlo. Hablamos una vez que todas las personas traen un equipaje, y te mencioné aquella vez que mi equipaje era demasiado grande, y cada día me sorprendo tu capacidad para lidiar con aquello. Eres una mujer que no le tiene miedo a nada, que vive por su familia y que es incondicional con sus amistades, y es algo que podemos ver hoy. Me sorprendiste cuando te conocí y lo sigues haciendo día a día. Siempre supe que eras la mujer de mi vida, y es por eso que cuando nos volvimos a encontrar no me dejé llevar por todas las razones que nos podía tener separados. No lo sabes, pero me has dado una compañera de vida, una amiga y una hermosa familia; algo de que estaré por siempre agradecido – dijo sin problemas, ya que no le daba vergüenza reconocer delante de todos lo que sentía. – Es por eso y mil razones más que yo, Dean Oliver DeKnight, te quiero a ti Nicole Roberts, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Al igual como había hecho ella, se agachó para recibir el anillo que faltaba y le dio un suave golpe de puño a sus hijos, algo que siempre hacían en casa. Se reincorporó y tomó su mano izquierda para poner la alianza
-Nicole, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti — repitió mientras ponía delicadamente la alianza en su dedo y terminaba por acercarla lo suficiente para darle un beso encima de su alianza. Cuando terminó, el oficial continuó con el resto de la ceremonia, reforzando sobre lo que era el matrimonio y cómo era algo que debía trabajarse día a día.
- Sin más que agregar, me enorgullece declararlos marido y mujer. Favor, puede besar a la novia – le dijo a Dean, quien con una sonrisa en su rostro se acercó para tomar a su esposa por ambas mejillas y besarla intensamente, ya que en ese momento sentía una felicidad que no podía explicar.
Sus palabras no fueron nada a lo que había dicho el chico, no tardando en tener que limpiar las lágrimas que corrían por su rostro para no hacerlo tan notorio. Tenía una de sus manos en su pecho, aguantando toda la emoción al verlo de esa forma, sinceramente era algo que le sorprendía ya que no lo esperaba tan dispuesto a los puntos más cursis de la ceremonia.
Cuando chocó las manos de sus hijos, se mordió su labio para no llorar, se odiaba y se daba vuelta intentando ocultarlo, la gente se daba cuenta y reía, pero no era de las personas que ocultaban sus sentimientos, era muy de piel.
Observó más que nada su rostro cuando le puso el anillo y aquel gesto del beso lo fue todo, no había hombre que pudiera darle más de lo que ella necesitaba, Dean tenía lo justo para serle realmente feliz. Mucho más de lo que ya era. Se alejó no queriendo, pero el oficial avisaba que estaba a punto de terminar.
Intentó no mostrarse nerviosa pero cuando finalizó lo único que hizo fue acercarse y darle un beso con todo el amor, cariño y lealtad en un solo beso, además que pudo descargar todo su nerviosismo. Acarició con cariño su mejilla y le sonrió, recordando que tenía que voltear para ver a toda su gente que esperaba expectante a los típicos saludos de término.
Antes de bajar, tomó a Chris en sus brazos y lo dejó del lado opuesto al chico, mostró su mano a la gente y todos gritaban más que felices por la unión, parecía una niña adolescente que había cumplido su sueño. Ladeó su cabeza y besó con cariño la mejilla del chico cuando le avisaban que iban a tomar un par de fotos antes de que cada uno saludara a sus familias.
Comentarios
Publicar un comentario